¿Las Hormonas de Control de la Natalidad son malas para el intestino?


Mundialmente 100 millones usan algún método anticonceptivo. Muchas mujeres usan hormonas para el control de la natalidad sin saber cómo funcionan realmente y el posible daño que puede causar en sus cuerpos.

Hay alguna evidencia de que las hormonas de control de la natalidad sean la causa de problemas intestinales?


En primer lugar, se ha demostrado que los estrógenos orales modifican la permeabilidad intestinal, el cual es un paso fundamental en la fisiopatología de la enfermedad inflamatoria intestinaEsta hiperpermeabilidad intestinal se conoce como intestino permeable. Cuando el intestino comienza a tener "fugas", las proteínas grandes no digeridas pueden abrirse camino a través de su revestimiento intestinal. El sistema inmunológico reacciona y causa inflamacion.

En segundo lugar, el uso de hormonas exógenas a través de su efecto sobre los niveles endógenos de hormonas puede potenciar el desarrollo de enfermedades inflamatorias mediadas por celulas Th1 y Th2.

Los linfocitos T auxiliares tipo 1 (Th1) secretan interleukina (IL)-2, interferón-γ y linfotoxina-α y estimulan la inmunidad tipo 1, que se caracteriza por una intensa actividad fagocítica. Las células Th2 secretan IL-4, IL-5, IL-9, IL-10 e IL-13 y estimulan la inmunidad de tipo 2, que se caracteriza por títulos elevados de anticuerpos.


Un estudio reciente demostro que las células T generadas a partir de la mucosa del colon de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal son capaces de producir niveles más altos de IFN-γ, pero niveles significativamente reducidos de IL-4 e IL-5.

Datos recientes han relacionado la modificación en el microbioma intestinal con los niveles endógenos de andrógenos, que también se sabe que se alteran con el uso de hormonas exógenas e influyen en el desarrollo de enfermedades autoinmunes.

Las píldoras anticonceptivas pueden alterar la flora intestinal normal y crear un ambiente que permite el crecimiento excesivo de bacterias y levaduras dañinas. Nuestras bacterias intestinales influyen en nuestro estado de ánimo, la producción de leche materna y son los primeros habitantes del intestino estéril de nuestro hijo en el útero y durante el parto vaginal. Desempeñan un papel fundamental en nuestra salud como mujeres y madres, un papel que la investigación apenas está empezando a comprender.

Se necesita un intestino sano para eliminar el exceso de estrógeno y otros desechos del cuerpo. Cuando se inhibe la función intestinal, el cuerpo no puede eliminar el estrógeno, lo que contribuye a un estado de dominación del estrógeno. Los síntomas de la dominación del estrógeno incluyen quistes ováricos, senos fibroquísticos, aumento de peso, menstruación irregular o abundante e irritabilidad.

Por ultimo el estado de ánimo y la mente están íntimamente ligados a la función del intestino. Si sabemos que el microbioma influye en nuestro estado de ánimo y que el control de la natalidad interrumpe el microbioma, entonces podemos deducir que el uso de anticonceptivos para tratar los trastornos del estado de ánimo no es una solución de causa raíz, sino más bien un enmascaramiento de los síntomas con un medicamento que se sabe que empeora la causa subyacente.


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