En una nueva declaración
del Colegio Americano de Obstetras y
Ginecólogos (ACOG) avalada
por la Academia Americana de Pediatría,
recomiendan usar la menstruación en niñas y adolescentes como
un nuevo signo vital. Al incluir esta información con
los otros signos vitales dentro de la revisión por
sistemas y la historia de la enfermedad actual, los médicos pueden
hacer hincapié en el importante papel que
juegan los patrones del ciclo menstrual para revelar el estado general de salud. El documento también traza este como el primer paso necesario en el tratamiento de alteraciones menstruales.
El documento
publicado el pasado diciembre menciona que a pesar de las variaciones en todo
el mundo y dentro de la población de Estados Unidos, la edad media de la
menarquia o primera menstruación se ha
mantenido relativamente estable entre 12 y 13 años en las poblaciones bien
alimentadas en los países desarrollados. También
se indica que factores ambientales, las condiciones socioeconómicas, la
nutrición y el acceso a la atención sanitaria preventiva, pueden influir en el
momento y la progresión de la pubertad.
Una serie de
condiciones médicas pueden causar sangrado uterino anormal, caracterizado por variabilidad
en el flujo menstrual e irregularidades. La declaración de la ACOG invita a los profesionales
de salud a educar a las niñas y sus padres o tutores sobre lo que pueden
esperar de un primer período menstrual y el rango de longitud del ciclo normal
de las menstruaciones posteriores.
Ciclos Normales en Adolescentes
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Menarquia 12.43
años
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Intervalo medio de los ciclos 32.2 días el primer año
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Intervalo de los ciclos típicamente 21-45 días
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Duración sangrado menstrual 7 días o menos
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Cantidad del sangrado 3-6 toallas o
tampones por día
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La identificación
de patrones menstruales anormales en la adolescencia puede mejorar la
identificación temprana de problemas de salud potenciales para la edad adulta.
Es importante que
los médicos tengan una comprensión de los patrones menstruales de las
adolescentes, y especialmente la capacidad de diferenciar entre la menstruación
normal y anormal, y la habilidad para saber cómo evaluar el paciente
adolescente. Por
ejemplo ciclos anovulatorios con frecuencia se pueden encontrar en los dos
primeros años después de la menarquia y no requieren la intervención o
tratamiento a menos que sean de varios meses de duración y seguidos de menorragia.
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